Tierra en Fuego: Tradiciones en México

Entrevista con:

George CasBal

Artista del Barro

Izúcar de Matamoros, Puebla, México

¿Cómo te defines, Ceramista, Alfarero, Escultor, Artista?
Años atrás te hubiera respondido que artista popular, pues con el fin de nunca sonar vano ni ególatra, siempre me había nombrado así, pero me di cuenta que con ese término estaba incurriendo al igual que muchas personas (sean del medio o no) en una discriminación, pues para mi es igualmente importante, bello y trascendental, el arte llamado popular, como el arte denominado elitista o culto. Por lo anterior y haciendo caso a lo que gracias a Dios o a la vida, se me ha permitido escuchar, de boca de personas ajenas totalmente a mi familia o circulo de amistades, puedo decirte que, si me considero artista (en pañales, jeje ya que considero me falta mucho por aprender), pues estas personas han tenido a bien nombrarme así al ver y disfrutar mi trabajo y sus resultados.

¿Desde cuándo estás en esto y por qué... -por la familia, tradición, por gusto, qué fue lo que te llamó la atención-?
En esta respuesta se aplican todas las opciones que me das, te explico:
Soy el cuarto de seis hijos del matrimonio de Heriberto Castillo Orta y María Luisa Balbuena Palacios, mi padre a su vez hijo de Catalina Orta Urosa, considerada como la rescatadora de las artesanías en Izúcar junto con Aurelio Flores, digámoslo así; las dos familias mas destacadas del barro policromado en Izúcar. Mi madre me platica que recuerda que hubo ocasiones que le tocó hornear (a leña siempre) aun estando embarazada de mi, incluso en la familia hacen bromas que por eso soy el mas moreno de todos mis hermanos, así que prácticamente estoy en esto desde el vientre materno. Pero para no hacer alarde que raye en lo absurdo he de confesar que fue hasta como a los 6 ó 7 años cuando por juego empezaba a pintar colgajos y adornos sencillos de las piezas, todo a escondidas de mi padre pues a él no le gustaba que yo estuviera en su taller, decía que interrumpía el trabajo de los pintores, (en ese tiempo mi familia tenía ayudantes), pero como te podrás imaginar los chavos que casi todos eran de secundaria y prepa se divertían con mis travesuras. Recuerdo bien cuando uno de los pintores que se llamaba como yo y le decían “El cotorra” (por platicón) me estaba enseñando el dibujo fino (petatillo, fleco o pestaña y todo eso) bien orgulloso de su alumno me dijo que le enseñara el avance a mi padre y cual fue la sorpresa que él me regañó delante de todos y les prohibió a los chavos que me solaparan mis jueguitos cosa que no hicieron jajaja. Yo creo que por eso me enamoré del barro y los colores por que empecé a hacerlo incluso como rebeldía pueril. Pero ya a los 11 años hacía y pintaba piezas para venta, incluso en alguna ocasión mi maestra de 6to. de primaria me preguntó que si podía ir a aprender a decorar piezas al taller y le dije que si, yo sin saber que mi padre me asignaría a mi como instructor para enseñarle a mi profe Ernestina, ella me hacía bromas recuerdo decía, si me repruebas yo te repruebo eh! y se soltaba a reír, jajaja. Así como esto te puedo contar cantidad de anécdotas, todas con algo o mucho que ver con mi oficio de artesano, pero resumiendo, la verdad sigo enamorado del barro y todo lo que se puede hacer a partir de el en cuanto a arte se refiere.

¿Cuál es tu propuesta, hacia a dónde vas?
Mi sueño es por principio de cuentas que no se pierda esta bella tradición de elaborar candelabros, llámense árboles de la vida, sahumerios, etc. en mi ciudad y claro, mejorar las técnicas de trabajar el policromado (así le decimos aquí a nuestras artesanías), pues no se si tú sepas pero la gran mayoría de artesanos de Izúcar no utilizan torno, cabe aclarar que nosotros tenemos uno muy pequeño que mide como 15 cm. de alto y 20 de diámetro, y se coloca sobre la mesa para cuando trabajamos esculturas, como bustos o estatuillas cuerpo completo como en el video que tenemos en youtube. Me ilusiona también incursionar en otras técnicas, ya sea en cuanto a proceso y materiales que permita enriquecer la cerámica Izucarense, para así poder dejar un legado a los nuevos artesanos.